Una vez más soledad
- Olav Alcántara
- 31 ene 2018
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 1 feb 2018
Estaria más solo sin mi soledad, decía una vez, sin ella no puedo permitirme conocerme, sin ella no podria descubrir lo que tengo a mis alrededores, sin ella no podría ver mis carencias...

Hablar de la soledad como una persona sin nombre , o un estado anímico que existe y que no, y las tantas plegarias que te recitan los amigos cuando expones lo que quieres vivir y hasta dónde quieres llegar sin importar lo que digan los demás y quedarte en estado vegetativo generacional, eso es un problema para todo el mundo, sin embargo hay cosas buenas que ella trae consigo y que cuesta mucho poder insertar en la cabeza que al final de todo y de muchas vivencias terminamos así, acompañados por nuestra “terrible” soledad, como también Soledad es una gran y excelente persona que nos es fiel y que está acostumbrada a siempre vivir y dar curso a tu vida si es que te permites decir está bien y te elijo, ahora no basta decir basta, dejen de preocuparse y parar el tiempo, los años y sobre todo las proyecciones que en cada historia siempre hay una acertada inútil que nos cuesta después reponernos, pues bien señores, esta es soledad, y a la vez no es soledad.
Quisiera estar más solo sin mi soledad, pero desprenderme de ella, costaría mucho, dejarla ir y saber que no aparecerá más en la vida, que es la mujer perfecta, la fiel y dueña del tiempo, la permisiva, la que siempre lo admite, la que nunca me abandona, ella es mi soledad. Para ella le regalaría todas las rosas al despertarme por las mañanas y llevarle el desayuno a la cama, recibir el primero y último llamado del día, la que siempre te dice con su silencio, lo que no puede reclamarte por tener a dos intrusas en la cama, pero que no se impregna más allá de lo óseo, porque soledad está más clavada en mí que cualquier persona, mucho más que las dos intrusas que comparto las sábanas blancas; la dueña de mis pensamientos y de mi alma, esa es mi soledad.
Siempre añore una amiga, acompañante, mujer y aunque no derrame olor ni una piel fresca, sé que siempre está conmigo. No me cansaría de enumerar todas las cualidades que tiene esta bella mujer intangible, agradecerle lo que me permitió sin reclamo o celos algunos, por eso y muchas cosas más, ella es mi soledad.
Amanezco siempre la persona que soy porque ella me lo permitió, le doy la contraria al tiempo y a los malos comentarios y buenos comentarios intencionados, a las proposiciones que siempre tuve y la compañía que se me brinda en cada paso que doy por las calles, los maravillosos momentos y planes que me ofrecieron y vivir intensamente lo que es ir contra mi mujer, me adorada soledad.
Por todo ello, estoy bendecido por elegir bien y no arrepentirme por los pasos que no di, ni de los que doy o daré, sino que estar acompañado por mi libre albedrío me siento más que satisfecho de que se haga presente cuando quiera y se prolongue cada vez una sarta de elocuencias y emociones que hace que me detenga para discrepar con ella, dándome la razón por que te amo tanto soledad.
- Olav A.-
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