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TURISMO VIVENCIAL RAQCHI - Raíces Incas

Familia: Amaru Esperilla


Raqchi es un pueblito de 156 familias en la cual veinte hacían turismo vivencial para los turistas que querían compartir con los lugareños.

Este pueblito está camino a Sicuani-Puno desde la ciudad de Cusco. Cuenta con un parque arqueológico y una plaza con su catedral que está dentro del pueblo y en el, la presencia de las familias que se sostienen con la cerámica, la plantación y cosecha del trigo y del turismo vivencial que no hace mucho está puesto en práctica sin ayuda de la municipalidad o de algún organismo nacional. Vamos!. Que está en olvido territorial. Los turistas pasan por la carretera pero solo para hacer una parada al parque arqueológico histórico de los incas y luego continúan su ruta para Puno.


Esta familia que nos albergó y nos contaba —lo tenemos como fuente un video grabado de—, lo que ofrecía y de lo que no. Así como también; del olvido que tenían y la pequeña-gran historia de como empezó el negocio por los lugareños y mucho más;la colaboración de que la señora Maximiliana fuera encargada pasando la pandemia (2023-2024); la gobernadora para impulsar el proyecto con apoyo de una ONG, -que por el momento no se podría revelar-.


Ella es Maximiliana Esperilla de Amaru. Casada con el señor Federico Amaru un trabajador de la chacra y del ministerio de cultura; hoy en día con más de 64 años y muy fuerte, ayuda en casa a Maximiliana después de su trabajo en el ministerio para la recepción de los viajeros. Así como también, el confecciona sus propios muebles con el trabajo de la madera.


Maximiliana tiene 64 años y está fuerte después de haber criado a tres hijos que se encuentran en Cusco; uno estudiando y por terminar Geología, el Menor. La intermedio es trabajadora como guía de turismo y el mayor está casado y vive con su esposa en la ciudad del Cusco.


Ella nos contaba que la cultura está perdiéndose por motivos que ahora los padres quieren que sus hijos salgan adelante y por ende, se retiren del pueblo a la gran ciudad para superarse; tal es allí, que muchos se globalizan y dejan de infundir el idioma o dialecto quechua y la cultura de vivencias de Raqchi.


Ella es Maximiliana, una humilde ama de casa que se saca la mugre por salir adelante pese al olvido de la gobernación de Cusco y su distrito como tal. Empezaron el proyecto en 2002 con la ayuda de una profesora y una pequeña ONG, siendo los inscritos unas veinte familias para recibir a los turistas y puedan adentrarse en la comunidad por unos días y desconectarse del mundo externo. Luego que llegó la pandemia en el 2019 muchas familias por miedo, tuvieron que cerrar al 50% de ellas quedándose solo 10 y entre ellas Maximiliana y su familia. Con todos los cuidados determinados por la OMS: mascarillas, guantes y medios de protección para no propagar el virus del COVID atendieron a los viajeros que también llegaban con reservas directas y con los protocolos estipulados para no contagiar a los lugareños se hospedaban y compartían lo que ya es mencionado en un principio.


Así pasaron unos años más que el turismo volvía a reactivarse a nivel mundial y todos volvería a la normalidad pero para esta comunidad no contaron con la gracia nuevamente del gobierno. Gracias a Dios, que no se enfermaron y en toda la pandemia solo murió un lugareño.

Pasaron todas las reactivaciones hasta que la familia Amaru Esperilla comenzaban a recibir a los turistas que querían insertarse en la comunidad y disfrutar de lo que ellos podían ofrecerles: acondicionamiento y pase con la tranquilidad y naturaleza.

Ahora ellos trabajan con algunas agencias minoristas en la cual hacen reservas para sus instalaciones puedan ser usadas por todo visitante (nacional y extranjero) con las ganas de convivir y compartir con la familia designada todo su recorrido y sus días.


El objetivo y mensaje para todos los viajeros del mundo que desean conocer Cusco; pues, es ofrecerles otro punto para hacer turismo vivencial como lo ecológico y arqueológico que el pueblito de Raqchi puede entregarles sin que solo pasen de vista camino a Sicuani.


Raqchi los espera con los brazos abiertos y nuestra convivencia con esta familia es espectacular ;pero sobre todo, muy acogedora. No solo es un punto más de conocimiento; sino que, pueden venir a invertir su tiempo conociendo caminos, cultura e historia de este hermoso y colorido pueblito y sus centros atractivos, —si es guiado, mucho más especial— y, aventurero se puede convertir. Una experiencia muy increíble y así ayudamos a consumir esta clase de turismo y vivencial que sirve como medio de subsistencia para las familias que se dedican a abrir las puertas a todo viajero.


Comencemos a consumir un turismo que estaba perdido por las ramas o la industria sin chimenea, no tan solo de lugares bonitos y globalizados el viajero podría vivir conociendo; sino, que pueden conocer muy a fondo lo que está escondido, lugares encantadores como los caminos del Qhapaq ñan, senderos que no están señalizados en muchas zonas agrestes y que en ellas se ve el abandono de las autoridades por impulsar ya que no es rentable o muy comercial. Consumamos, producto nacional historia y cultura preincaica e incaica.


-Olav Al.-



NOTA: Son las actividades que se realiza en la casa y las demostraciones que nos ofrecen, desde una cena, hospedaje, ritual a la pcha mama, cantos bailes, cultura y más. !No se arrepentiran de visitarlos!.

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