UN GRITO DEL ALMA
- Olav Alcántara
- 4 ene 2021
- 2 Min. de lectura

La sombra de una mujer obstruida por la infelicidad, la amargura, el grito de desesperación, el llanto que germina toda su vida, las lágrimas de tranquilidad y desespero por encontrar la calma. Ojos tristes, melancolía con un grito ensordecedor, el silencio después del llanto, el gozo de la paz después de la opresión, el descanso como premio de todo lo que esta mujer quiere decir y no puede, aquel grito que no se escucha, más si, para sus adentros; la furia, la impotencia, la nostalgia de aquellos ríos que sale de sus caudales, como si fuera una catarata que es vuelta a sucumbir en las caídas de aquellos acantilados, como si con el tiempo el río fluyera después de una sequía. Así son las lágrimas de esta mujer que necesita llorar para soltar todo lo interior de su alma. Alma perdida que busca encontrarse y encontrar el equilibrio, tal vez, el amor después del desamor, la verdad que se reprime para que callase todo lo que sabe y no puede divulgarlo.
Mas que desesperación es como un llanto de silencio, una pasión que retumba su pecho con un quejido agonizante hasta el tuétano para decir aquello que con las palabras no se puede dar a entender, es prohibido. Todo al final concuerda con una sola verdad, un solo retrato del alma que suele dar un giro y encontrar ese equilibrio que no todos tienen y casi nunca buscan; son presos del sistema y la inclusión de una sociedad cegada por la doble moral que termina siendo hipócritas con el prójimo.
Esta mujer inspira desde la profundidad de su boca una cueva de verdades, un iris que no solo deja caer unas lagrimas como catarata, sino que trasluce una búsqueda de paz, un rostro perfilado como esculpido por el propio Dios para ver lo que no se puede ver, y, por último, un descanso de tanta fatiga emocional, cansancio de tanto sucumbir en el llanto.
“…prefiero dormir eternamente en paz y tranquilidad y que estar despierta en el llanto interminable que me produce vivir”.
--Olav Al.--
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