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"UN CARACOL DE CONCHA BLANDA"

Actualizado: 29 jul 2020

La disconformidad de la anatomía biológica recrea como una bailarina danzante en el cerebro humano, haciendo que decaiga en la desconcentración del ser como humano.


Marcia, una chica de dieciséis años, de clase económica modesta pero que no se priva de ciertos gustos cuando se los puede dar y costear. Tiene una familia funcional integrada y bastante melosa para con sus integrantes: tiene un hermano, Leonardo. Un chico mayor que ella por pocos años. Deportista y casual, trabajador desde muy temprano, estudiante de arquitectura a punto de recibirse, mientras que Marcia está por terminar su último año de colegio de señoritas. Deportista en sus momentos libres de voleibol y bascketball en el coliseo cerca de casa.


Desde muy pequeña se sintió encasillada como la mujercita de papa y mama, vestida y tratada delicadamente, impugnada a ser y comportarse como lo que su género sexual lo demandaba. Sentía que solo era una actuación de géneros, una imposición por parte de sus padres. Por su generación. Por su sociedad, pero en realidad se sentía asexual, inquieta por “todo” lo que empezaba a brotarle del cuerpo. Las formaciones de una señorita, convirtiéndose es una mujer desarrollada. No sabiendo cómo tratarse a sí misma. Empezaba a avergonzarse por los bultos que estaban sobresaliendo de su pecho, de las vellosidades en su vagina y del estiramiento y formación ósea de sus caderas. Cada vez que podía se encerraba en su cuarto y taparse con todo lo que podía para que no se notara su desarrollo. Sus trapos eran muy moldeados para una dama y aunque desde siempre se negó a utilizar pantalonetas y tops a la cintura o vestidos, utilizaba cosas holgadas, descartando todo lo que su mama le había comprado. Cambiándolos por buzos anchos, shorts o la ropa de su hermano mayor. No era una mal formación, ni mucho menos, un travestismo oculto, sentía que ese cuerpo no le pertenecía.


Quería deshacerse de aquellos pechos bien formados; empezaba a fajarse con unas vendas anchas sin que nadie se diese cuenta y se ponía los polos anchos de Leonardo para jugar camisas para salir a una fiesta con sus amigos. Cubierta de una chaqueta. A simple vista parecía un varón con cabello largo pero la finura de su rostro la delataba, no era una especie homosexual, o lesbiana-machona. En esos momentos gustaba de un muchacho llamado Patricio, del colegio vecino, al salir de la escuela siempre se lo topaba por la calle y le sonreía disimuladamente, había una complicidad en sus miradas. Correspondía a los coqueteos de aquel chico en compañía de sus colegas…


Marcia se sentía cada vez más rara, un género binario, ambivalente, tal vez bisexual u homosexual sin darse cuenta pero era clara que en esto último no lo era, al menos no era lo que sentía por Patricio. Solo él, con el tiempo la hacía sentirse heterosexual, deseada en todo su sentir. Decidió ir a pedir ayuda ya que sus padres no entendían, nadie entendía lo que estaba realmente sintiendo. Sentía más que vergüenza de su cuerpo, era una mutilación emocional el imaginarse siendo mujer sin esos pechos, una formación muy visible e incómoda. Intento ser o experimentar lo que otra cualquier mujer hacía, vestirse, maquillarse y comportarse como una delicada fémina, pero, luego de verse al espejo sintió que no era ella, una especia de muñeca disfrazada. Se arrancó todo lo que llevaba puesto y luego con echar a la basura lo que tenía en el closet. Se enrolló el cabello hasta atarlo como un puño, se colocó sus trapos y tenis, y se lavó la cara quitándose todo el maquillaje terminando por quedarse en el borde de la cama pensando con las manos en la nuca en señal de desesperación por no encontrar respuestas o no descubrir lo que estaba pasando. Se jalo los cabellos y golpearse el pecho en señal de reniego por tener esos senos que nunca pidió tener.


Sus días avanzaban y ella solo se refugiaba en sus cuatro paredes tratando de explicar a su madre lo que sentía, pero era imposible, la culpa y la vergüenza la mataba, [era más que seguro] la iban a llamar loca por sentir rabia de sus senos o sentirse un varoncito sin ellos. En realidad Marcia quería gritar. Buscó una terapeuta con ayuda de la hermana mayor de su mejor amiga quien a su vez la vio golpearse los pechos de furia en la ducha de su casa un día que se había quedado a dormir con Flavia.


Tatiana siempre quería hablarle o amenos preguntarle indirectamente a su hermana sobre su amiga Marcia pero esta no le daba pie. Hasta que decidió encararla, frontalmente hacerle la pregunta de lo que le pasaba y Marcia respondía secamente un monosílabo “nada”. No quedándose tranquila [Tatiana] le comento algo semejante que le había sucedido a ella cuando niña y solo así Marcia se pudo abrir, fue allí que recién acepto la ayuda sin comunicar nada a nadie.


Un sábado por la tarde ambas quedaron en verse en una heladería en el centro comercial LARCO, para irse al consultorio de la doctora y psicóloga Mariana Santos Rocaggiolo, y pedir ayuda; Marcia contaba a solas todo lo que venía viviendo, dentro de esa tormenta de la cual le costaba salir. El ser un género asexual, binario o ambivalente como “podía” llamarse era tan difícil, es un tema que no se puede andar hablando con cualquiera. La terapeuta la tranquilizó y empezó a definirle primeramente: la identidad sexual, el rol de género y el sexo del sujeto.


La identidad sexual, es el sentimiento de ser hombre o mujer, mientras que el rol es el conjunto de expectativas que determinan cómo actuar pensar o sentir al hombre o mujer, por otro lado, el género se refiere a las dimensiones psicológicas, sociales, conductuales y culturales del hombre o mujer, así bien el sexo del sujeto se refiere a la dimensiones biológicas del hombre y mujer.


Desde allí tenemos que partir para hacerte descubrir quién eres y como te “debes” sentir y no solo interpuesto por la sociedad o tus padres, sino por ti misma. Es verdad que también hay que ser tolerantes al cambio y esto puede demorar, no puede ser abruptamente por que puede dejar secuelas o trastornos de la personalidad al dejar de ser uno para cambiarlo por otro…


La doctora escuchó por dos horas explicándole a Marcia los muchos aspectos que su trance va a pasar, empezando por descubrir lo que ella siente en la actualidad; “...la respuesta no la tengo yo, sino tu misma, el estímulo lo debes encontrar”. –sentenció la doctora--.


Marcia sintió un inmenso alivio de compartir y gritar su secreto interno pero más confundida de lo que había entrado en sesión. Al llegar a casa empezó a investigar mucho del tema del género: personas que sienten estar en el cuerpo equivocado. Mujeres que se sienten mujeres pero no están cómodas con su anatomía biológica. Personas de géneros binarios, bisexualidad u homosexualidad. Eran algunas búsqueda mientras googleaba.


Luego de una media hora de búsqueda se encontró con el título de: Agénero, se quedó sin parpadear al leer lo siguiente:

Agénero.- es una identidad en la que la persona no se identifica con ningún género, por lo que no se considera dentro de las estipulaciones de ninguno de los géneros, y al no identificarse o conformarse con el sexo registrado en su nacimiento, ni con el opuesto a este, decide establecerse como una persona que no “se siente identificada” ni hombre ni mujer.

Marcia sentía que a “ese grupo” pertenecía. Estaba siendo encasillada a sentir, actuar, vestirse con un género que no se conformaba. Una persona que en esos momentos no tenía el título principal para definirse.



Muchas veces este tipo de sentires o personas que sienten de esta manera como otras insatisfacciones que tiene el ser humano es mejor hablarlo o compartirlo con alguien profesional ya que muchas veces los receptivos no son los clasificados u oportunos –por no llamarlos erróneos o equívocos--, que lo único que logran es juzgarte o calificarte de RARO o Loco…


Nota del Autor: Este pasaje es real y no identifico a la persona con su nombre real por derecho a la reserva y el silencio.


--Olav Al.--

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1 Comment


Eduardo Ingar
Eduardo Ingar
Apr 03, 2019

En realidad hasta ahora nadie en el mundo entero termina por conocer por completo al ser humano y hasta incluso ni el mismo ser humano termina jamás por conocerse del todo. Este tema de la estratificacion de los géneros y de la estratificacion de los diversos gustos que existen entre las personas de este mundo o civilización actual en el que si te gusta un sexo diferente eres heterosexual que según la iglesia católica es lo normal, pero cuando pretendemos entender los diversos gustos ya sean hacia personas del mismo sexo, o vestirte como fémina o sentirte como tal o sentirte masculino o vestirte como tal, como que aun eso es un tema muy interesante de investigar o entender. Ya…

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