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MARIDO Y MUJER, PERO NO FAMILIA



Nunca se casaron, se juntaron por cuestiones de la vida y por las familias amigas entre sí. Ella se vio obligada a darse la oportunidad por tener un hijo en brazos; él se dejó llevar por el gusto que flaquea las piernas de un hombre ante una mujer.


El idilio duró lo que tenia que durar hasta que engendraron un hijo, de la cual se vieron obligados a dejar sus casas. Para él, dejar su soltería y todo lo que traía consigo, para ella dejar su madre y padre en aquella tierra norteña a fin de no coleccionar hijos.


El momento llegó de decirse uno al otro que son marido y mujer, juntarse y alquilarse una habitación para empezar desde cero y con dos hijos a cuestas.


Él, un tipo convencional, simple y bastante amiguero, poco romántico y casi nada comunicativo. Ella una mujer decidida, con temperamento y carácter, capaz de seguir adelante por sus hijos y formar una familia pese a no amarlo, solo darse la oportunidad de formar una institución que garantice la seguridad y bienestar de sus hijos.


Los años pasaban, pero las fechas muy emotivas siempre fueron motivo de rompimiento, actitudes que sacan de quicio a cualquier mujer y a cualquier hombre. El tan solo drenar su temperamento y la disputa de un versus era el que ganaba y se daba la razón para su autosatisfacción personal.


Ella arrogante, soberbia, resentida y orgullosa. Él un tipo que solo fabricaba lisuras que expulsaban de su boca para satisfacer la necesidad de defenderse y de agredir a su mujer, madre de sus hijos y nunca pensar que eran un vínculo donde tendrían que cimentar el ejemplo para los que estaban chicos.


Continuaba el tiempo su curso de lo más rápido y los infantes crecían viendo el desamor de la pareja, la infelicidad y frustración de no poder ser más. El dinero no alcanzaba y las penas se envolvían en las malas decisiones.


Los abrazos para los chicos solo fueron contados por parte del padre: cumpleaños, fiestas patrias, día del padre, navidad y año nuevo. Mientras que para la madre eran los incontables días que pudiera abrazar a sus hijos, mientras el tiempo le permita por el trabajo que tenia de amanecidas.


Para el padre solo fue un esfuerzo de mantener una familia y al final no quedarse solo y cosechar lo que había sembrado, fruto que estaba maduro pero que al día de hoy no rescataron el amor y la convivencia feliz entre una pareja; sin embargo, el agradecimiento infinito de una presencia paternal siempre lo habría.

Las navidades que eran pasajes de felicidad o simulación de una familia que olvidaba todo lo ocurrido en días convencionales se convertían en cenas incompletas, ausencias por culpa del alcohol en el padre, y las lagrimas de una madre que no sabia como ocultarlas, haciéndose fuerte para no deprimir a sus niños.


Y así transcurrieron los cuarenta años de convivencia entre idas y venidas, entre coleras y alegrías, entre infidelidades y engaños, entre secretos y verdades, agresiones psicológicas y traumas que no quedaron en los noventas, sino que siguen apareciendo ahora en los dos mil. Culpas que se echan a la cara y coleras que drenan de lo más profundo de su ser sin pensar que los niños se convirtieron en jóvenes y adultos arrastrando aquellas historias infelices y que hoy por hoy se siguen arrojando a la cara, viendo destruirse como seres humanos con tal de desfogar la ira y frustración que traen consigo.

 


Ahora entiendo que el marido y mujer no son familia, el parentesco o vinculo que formaron al decirse si en un altar, en una mesa o en un parque entrelazados con besos y abrazos para formar un futuro juntos no siempre se da de buena manera. Es una pena que a estas alturas del partido y de la convivencia ver a sus padres agredirse siendo tan viejos y a la vez tan jóvenes solo descansaran el uno del otro marchándose o lo que es peor muriéndose para que los niños puedan ser felices y formar un matrimonio sin traumas y viviendo de la mejor manera, esforzándose por lo que sus padres no pudieron.

No basta el amor, la humildad, el dinero, los hijos mientras no eres feliz, nunca lo serás estando soltero o casado o en cualquier parte del mundo porque no se piensa en lo que dejas o cimientas en los demás que emocionalmente dependen de ti.


 

*Esto es un relato de la vida real que tenia que gritarse para que muchas familias reflexionen por lo que hacen como pareja y lo que repercuta en sus hijos por mas grandes que estén.

 

--Olav Al. --

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