KONECTA
- Olav Alcántara
- 3 mar 2018
- 5 Min. de lectura
Un acceso para un puesto de trabajo que no se sabe si te lo darán, con una formación de cuatro días para el aprendizaje de un producto puesto en escena con el cliente y llegar a cerrar la venta. un Teleoperador.

Sevilla, 03 de marzo del 2018
Erase una día lunes 26 de febrero del presente año, donde muchos jóvenes y/o personas mayores llegamos con la ilusión de encontrar una oportunidad de querer atrapar un empleo en esta ciudad, chicos nacionales donde el único extranjero era yo, deseaba mucho ello. La formación empezaba el día lunes, a las 9 am, parados esperando en el hall del edificio de Konecta, a que la formadora llegase y nos indicará donde tendríamos que ir para recibir la capacitación del producto y de lo que sería nuestro trabajo después de dicha formación por unos cuatro días, empezando en la fecha mencionada.
Entramos como dieciocho personas en el salón del sótano del edificio y la gran motivación de poder tener ya mismo un trabajo, abriendo bien nuestros conocimientos, firmando la asistencia en aquel salón de tres hileras de asientos con cada quien su lugar. En la fila de adelante estaban cinco a seis chicos, en la segunda hilera seis y atrás en la última seis más, todos con la inquietud de lo que pasaría, nos repartieron separatas o guías de los productos que teníamos que saber para vender: Asistencia familiar iplus y Hogar iplus con todo lo que la cobertura ofrecía para los clientes que pudiésemos captar en las llamadas telefónicas, nos explicaron muy bien los procesos y la formación con su parte final de prueba un famoso ROLL-PLAY como punto importante, ya en ese día a nuestro primer descanso se ausentó el primer chico de barba de camisa azul delante de mi asiento, no apareció más y la formación seguía su rumbo. Habían varias paradas para el descanso e ir a tomar un café o fumar un cigarrillo cada quien con su grupito que estaban empezando a formarse, por mi parte me sentía aislado porque no sabía bien cómo era entrar en cualquier grupo y prefería estar solo con mi cuaderno y bolígrafo a esperar que terminase cada tiempo y entrar a continuar con la formación; se hacía interesante pero duro de aprenderse todo. Terminaba la formación a las cinco de la tarde e irse a casa.
El segundo día había dos personas menos en la formación, una chica de mi fila llamada Leila se fue porque tenía una entrevista de trabajo y un chico alto a lado de Antonio también se ausentaba, quedábamos menos pero proseguimos a captar más información que día a día nos ampliaban el producto con más información y las señalizaciones de cómo vender u ofrecer a los clientes y empezáramos a cerrar ventas, los tiempos cortos o de descanso se hacían notar y las inquietudes de muchos se hacía ver cada vez más, cada quien su grupito y justamente empezaba a entablar relaciones sociales con algunos, tanto los de mi laterales como algunos de la fila de adelante. El almuerzo era donde más la gente se preguntaba que pasaría… y cuantos quedaríamos contratados sin saber el final en la ronda de las pruebas del ROLL-PLAY. Ya para la salida era un desconcierto más porque se acercaba los días de prueba y poner en práctica tus habilidades comerciales. Al día siguiente no había formación por ser festivo de Andalucía, lo pasamos para el jueves como tercera formación.
Llegando al día jueves, las personas llegaban tarde porque el mal tiempo o clima se ponía muy agresivo con las fuertes lluvias y los vientos que se llevaban todo lo que tenías en manos o puesto, el paraguas se rompía o doblaba por las fuertes corrientes de aire. Los tiempos cortos de descanso se daban y todos ya empezábamos a preguntarnos, si solo evaluarían el ROLL-PLAY o la formación y asistencia, la actitud o tu constancia de querer el puesto de trabajo; ya habían menos personas en formación, la amiga de Carmen no estaba, y la gordita de gafas de adelante no apareció tampoco ya eran cinco menos, y las personas en el salón cada vez se preocupaban o alegraban que eran más posibilidades de poder obtener un puesto en la empresa. Almorzamos y después las tertulias de inquietudes eran más amplias que cualquier otro tema, los nervios y traumas se hacían notar en sus rostros o rabia de que tan solo puedan contar con los más capaces o hábiles y los demás que nos parta un rayo, era algo injusto si es que eso pasaba, pero nos adelantábamos todos al día final lo que iba a suceder.
El viernes 02 de marzo llegó y todos con sus prácticas en manos acompañado de los nervios que no abandonan a nadie y menos en época de exámenes o pruebas pues hacían que dudáramos de lo que íbamos a decir en nuestro libreto, por más que te supieras la partitura o el producto siempre había algo que te traicionaba, o venía el arrepentimiento de algo que te olvidaste de preguntar o argumentar a tu cliente para que te comprara. Entramos y en primeras horas ya estaban puesto en escena dos chicos para hacer su prueba, estuvieron muy permisivos que luego se propusieron: la supervisora María e Isa a ser los clientes y los demás vendieramos agresivamente el producto, convencerlos y rebatirles el por que no querían y muchos cayeron en la trampa del olvido, del bloqueo mental, de las circunstancias que las formadoras te ponían para hacerte pisar el palito de la casuística de los diferentes clientes que veríamos en las llamadas y poder pasar la valla de la duda y no estar seguro de lo que estamos haciendo, a tal grado que una chica salió con lágrimas en los ojos y los demás se ponían más nervioso cuando les tocaba su prueba.
Me deje para el final para estar más sereno y calmado, ya todos habían dado y faltaba Carolina y quien habla, lo pasamos pero no pudimos luchar contra las adversidades del cliente, sentíamos que no captaríamos un puesto de trabajo inmediato y que luego seguramente nos llamarían, la formadora por su parte tranquilizó a todos después de un corto break que se dio antes del almuerzo, para luego formular todos muchas preguntas del que pasarían después de hoy y los contratos entre otras cosas, ella diplomáticamente solo quiso calmar la audición y que no nos preocupáramos que a todos nos iban a llamar en algún día de la semana que venía, pero incrédulos muchos, hasta yo, no quisimos aceptar tal excusa que por parte de recursos humanos siempre las da en calidad de consuelo. Solo llamaron a tres personas: dos de la primera fila que lo hicieron muy bien y una señora con experiencia en telefonía por parte de la competencia, que estaba en la segunda fila y el resto estaba jetón por no alcanzar tal oportunidad. Luego se vino el almuerzo y allí sí que le dimos duro a toda la empresa por las circunstancias de la formación, las inquietudes eran más agresivas por parte de nosotros y algunos más calmados decíamos “ya nos llamaran” en la semana que viene, otros ni eso se creían, terminado el almuerzo nos subieron a sala como para querer aprender más del producto con los chicos que ya formaban parte de la nómina de Konecta, hasta cumplir la hora que nos faltaban de formación e irnos a casa con las caras tristes. Carmen por supuesto faltó ese día porque tenía una oferta de trabajo que no podía dejar pasar y creo que fue para bien con todo lo que nos contaron y hasta burlados muchos pudieron hacer notar su molestia.
Buenas tardes, le hablo de Konecta, agente externo y vinculado a Santa Lucia, señor…..
-Olav Al.-
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