"EL AISLAMIENTO SOCIAL ES UN PRIVILEGIO"
- Olav Alcántara
- 23 jul 2020
- 3 Min. de lectura

Durante todo este invierno, esta cuarentena, este aislamiento social, hasta personal; muchos hemos hecho de empleada doméstica, niñeras, amas de casa, de esposo y esposa las veinticuatro horas. Otros hemos estado solo (solteros) pero haciendo labores netamente de ayuda y colaboración con la comunidad; de repente, no social pero si integral con tus propios familiares o simplemente con los que estamos en confinamiento. algunos nos tocó con amigos, otros con familia, otros fuera de su residencia y otros en su misma casa, pero quien sabe vivir y valorar el tiempo y las personas sabemos que eso es lo de menos, porque la familia se construye; si bien es cierto, las familias no se escoge pero aprovechemos con las que nos tocó. Dios nos puso en diferentes hábitat por razones distintas y solo con el plan divino que tiene el ser supremo valoramos mucho a quienes tenemos a la derecha o izquierda así no tengamos lazos sanguíneos; son personas que de algún modo nos tocó estar aquí y con ellos. Lo que debemos hacer con este aislamiento es un mea culpa, una catarsis o simplemente vivir sin extrañar todo lo rutinario de nuestras vidas.
Por otro lado, muchos saldremos siendo tolerantes o más de los que nos creíamos ser. Algunos agnósticos de todo este claustro, malo que bueno nos trae el gobierno y se llama conocimiento y tolerancia con uno mismo.
En casa hay niños comúnmente y adultos acompañándolos; algunos saldremos maestros, enseñándoles a los peques sus deberes, tareas con "aprendiendo en casa" para ponerlos al corrientes para que no se retrasen o pierdan más clases, con la tolerancia que desconociamos, siendo ellos los que nos envuelven con su sonrisa, sus molestias, y hasta incertidumbres que tienen por todos los temas de sus fichas escolares que no entienden. Están allí para aprender demostrándose que quieren ser igual o mejor que tú.
Los alimentos que cada vez se ponen más caros en los mercadillos, algunos que estamos en las provincias y fuera del país, al menos tenemos la facilidad de coger lo que cae del árbol o lo del huerto después de lo sembrado, algunos compartiendo con los vecinos de la hacienda de a lado, mientras que lo de las grandes ciudades o capitales, la tienen más difícil porque se sabe que nadie te tocará la puerta para darte alimentos o tan solo un vaso con agua. El dinero se nos fue y cada día que pasa ya no hay más en tu cartera o cuenta bancaria. Es la realidad de este mundo que fue sorprendido por un pandemia. Pandemia que trajo ventajas --no para los humanos, pero sí para los animales, la capa de ozono y para todo nuestro ambiente-- así es, ventajas que pasado toda esta cuarentena estaremos gozando. ¿dejaremos o mantendremos las ciudades como la volveremos a encontrar terminando todo este confinamiento?
El mundo, la orbe, la tierra --como se quiera llamar-- necesitaba un break , un respiro de tanto animal humano que la destruye con sus intereses personales, sus contaminaciones por mar, aire y tierra malogrando flora y fauna. Es momento de no tan solo apagar las luces un día entero, sino, un buen tiempo no saliendo de casa para no destruir el medio ambiente.
Ahora nos vemos como unas hormiguitas encerradas en nuestras casas, sin trabajar --aunque las hormigas nunca se detienen, siempre sobreviven-- pero haciendo de todo para que funcione. El ser humano se ve en una incubadora con un respirador para no salir en un buen tiempo a la superficie y contagiar de todas sus impurezas el oxígeno que la misma naturaleza nos brinda.
El ser humano no es que no esté preparado para alguna pandemia, sino más bien, no está preparado para el encierro. Gracias parcialmente a este claustro es que seguimos vivos y con ayuda del ser supremo todo es posible; encontraremos la luz al final del camino, como la cura para esta epidemia.
Como lo dijo el actor argentino: "el aislamiento social es todo un privilegio". I Ricardo Darín.
Olav Al.
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