top of page

CARTA A MIS DOS BUENOS AMIGOS

Actualizado: 9 feb 2021

Los verdaderos amigos vienen a tiempo. Los demás cuando tienen tiempo.

Hoy por hoy tenemos seguidores, personas que seguimos en las redes, amigos fantasmas o amigos no físicos que cuentan en el Facebook, Instagram y demás, pero contados con una mano y te sobren dedos son pocos. Y reales mucho más aún. Mi amistad con estas dos personas más que fenomenal han sido muy importantes en momentos que vienen y van como en los pocos momentos de disfrute o gozo que hayamos tenido, justamente nuestros reencuentros o reuniones se convierten en una sustancia tan extrema que hace que cualquier desahuciado se levante de su cama y quiero andar por más en la vida. Es como aquello que le dicen que es la sangre que todo murciélago quiere chupar, o los miles de arterias que bombean el corazón para transportar sangre a todo el cuerpo y seguir viviendo.

Me encantaría que los conocieran y no me cansaría dedicarles todo mi respeto y admiración a estos dos seres que han hecho de mí una persona fabulosa con su compañía y ánimos a seguir adelante y que pese a las barreras y fronteras siempre estarán allí para desearte el bien o lo que es mejor, hacerte sentir que no estás solo al otro lado del océano atlántico.


Miguel y María del Pilar son para mí, unas personas que hacen que tenga un pretexto para venir al país, verlos y disfrutar de lo poco que nos queda estar solteros y sin hijos (ninguno de los tres); así de extrovertidos y diferentes uno del otro, hacemos el trío perfecto para pasarlo bien en nuestras reuniones que se permiten dar.

Tenía una asignatura pendiente con ellos y es justamente este detalle, de dedicarles una carta que ponga todo lo que siento y me permita describirlos para que los conozcan y lo dichoso que soy de tenerlos en mi vida. Tal vez son tres personajes en mi vida muy importantes, porque no llamarlos mis mejores amigos; pero, ahora solo me dirijo a ellos dos porque la tercera persona es de otro circulo.


Queridos amigos, Mapy y Miguel. Tengo el agrado y orgullo de tenerlos en el recorrido más largo de mi vida: la vida de estudiante y profesional. Empezando por unos pupitres en la escuela de aviación comercial y continuar después de doce años en cada quien por su lado y vida personal sin dejar la amistad de lado. Juntos hacemos que esto sea una cosa seria, verdadera y muy difícil de mantener pese a nuestras actividades y desplazamientos fuera y dentro del país. Por no solo decir que cada quien vive lejos uno del otro.


El venir y verlos fue lo primero que se me cruzó en la cabeza después de muchas videollamadas conversaciones o tan simple de matarnos de risa con las tantas anécdotas u ocurrencias de Miguel hacia Mapy o a mi persona; es la vitamina que tienes que tomar para darte energías y seguir jodiendo en la vida. Nos fuimos después de almorzar a la Punta (Callao) un puerto y embarcadero al oeste de Lima capital, un boulevard que había estado pendiente hacia muchos años y que con la ayuda de Miguel y su auto se hizo realidad estar allí en medio de una caminata de burlas y fantasías, de vientos frescos que soplaban nuestras caras, acompañado por unos helados y un cigarrillo, caminando sin dirección solo a pasar un momento agradable.


Un diecinueve de diciembre –antes de navidad--, fuera de lo común en medio de una pandemia, cumpliendo los requerimientos de la distancia, nos fuimos a dar rienda suelta a nuestras risas y amistad que está intocable como la primera vez que nos vimos en aquel instituto. Visitando lugares del puerto, calles, avenidas, malecones, aves o al menos eso decía los paneles con la información turística de flora y fauna en el lado del mar. Plazoletas, y pasajes muy coloridos que ya sentados en una banqueta empezamos a conocer un poco mas de lo que había sido de nuestras vidas en ausencia uno del otro.


Mapy para variar nunca se veía con Miguel a solas mientras yo no estaba o no venía de donde estuviera; como duetos se matarían y nunca deje de pensarlo, pero tal vez no funcione como un dueto entre Mapy y yo, o Miguel y ella o Miguel y quien redacta, pero si es el trío más colorido que pudimos ser y soportar; sobre todo, las pataletas de cada quien.


Mapy es engreída, sarcástica, poco coqueta, conservadora, renegona pero muy tolerante, --correa ancha--; sin embargo; Miguel es irónico, vanidoso, muy ordenado, limpio y poliamoroso. Para que vean lo sínico que suele ser. La amistad entre ellos es como aquel matrimonio que no quiere tener nunca en la vida; una película eufemista de lo que es “La Guerra de los Rose”, una parodia de “¿Quién manda a quién?” o sencilla y llanamente latina como lo es “La familia Peluche” donde predomina el feminismo de Mapy y el papel hilarante de Miguel en tratar sínicamente de obedecer lo que le conviene –o le da la gana--. Así son ustedes, cuesta creerlo, pero no solo es mi percepción sino lo que mis cristales suelen ver.

A ustedes amiguitos de mi corazón y vida, quiero seguir teniéndolos en mi corazón y en mi camino hasta quien de los tres se case primero o forme una familia, solo así, podríamos contarle lo poco que sabemos uno del otro a sus hijos.


Quiero agradecerles lo mucho que me brindan, lo poco que se animan a saber uno del otro con mayor profundidad por temor a no saber que decir. Tal vez sea por el miedo que cada quien guarda al conquistar la afinidad y se pueda separar este trío y convertirse en dueto con cualquiera de los integrantes.


Muchas veces estamos cerca y nos sentimos muy lejanos, otras veces hemos estado tan lejos, pero nos sentimos tan cerca, todo depende de nuestro tiempo, disposición y casi nulas las preocupaciones para ponernos en llamada o mensaje y continuar jediéndonos por un tiempo prolongado.


Esta carta sirve para mí como un recuerdo a mi baúl y para publicar lo que se merece una amistad verdadera y pese a las mentiras guardadas debajo de nuestras almohadas, seguiremos siendo como somos por unos años más y quien sabe por toda la vida.


Gracias chicos por estar allí y no movernos (…)


--Olav Al. --

コメント


© 2018 por Olav Alcántara. Creado coh Wix.com

bottom of page