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CARTA A MI MEJOR AMIGA

"Lo mas valioso no es lo que tengo, sino a quien tengo a mi lado".


Han pasado dieciocho años en que la conocí; una noche de misa acompañada de otro chico que la llevaba cogida de su brazo. Un cinco de marzo del 2003 mientras estaba sirviendo a la parroquia como catequista, en diferentes etapas; yo llegaba y ella estaba por salir de cierta manera de aquella juventud parroquial.


Siempre la veía con su amigo Jeremías para todos lados juntamente con los chicos de su grupo de seguimiento, chicos relativamente mayores que yo y con una energía de comerse el mundo y entre otras cosas…


Con el tiempo en una conversación pasajera pudimos coincidir en intercambiar palabras y algunos conocimientos de la vida. En reuniones, luego en paseos y campamentos que encerraba una amistad que no se veía venir. Fueron su prima y algunas amigas de ella que hacían que les cayera en gracia para juntarme a su círculo, la diferencia no era mucho, tan solo cinco años en todo lo que nos llevábamos cronológicamente.


La amistad se afianzó poco a poco y luego ya no la veían con su amigo sino conmigo, la protección y la complicidad se apoderó de nuestras vidas hasta el día de hoy que no nos separamos del todo. Tal vez la senda de la vida misma, que te hace avanzar, frenar y tomar impuso para continuar con tus avances profesionales y superaciones que la amistad permite y no se enfría como cualquier otra por estar bien cimentada.


Esta misiva es más que una memoria de cómo nos conocimos, es más bien, una pequeña cronología para despertar no solo admiración, sino, una complicidad que hasta ahora nos permitimos vivir así sea a larga distancia y más con la pandemia y el confinamiento que nos llevó a nos vernos por más de un año ya.


A ti Rosario agradecerte por estar en mi vida en todos estos largos o cortos años; no es un vaticinio que nos vamos a morir, solo el de arriba lo sabe, pero si conmemorar un año más de aquella amistad desinteresada por ambas partes, que entrando a inmiscuirse poco a poco hasta llegar a las vidas familiares y disfrute de muchos eventos, tristes, alegres y jubilosos, donde las fiestas interminables siempre permanecíamos al cuidado de nosotros mismos, aquella vigilancia por estar seguros en nuestras salidas y gozar de todo lo que nos dieron por ser tal vez buenos hijos o simplemente ser solteros empedernidos.


No tendría espacio para escribir todo lo que hemos vivido y los que supuestamente nos toca por vivir, solos o acompañados, pero si estás a mi lado por mucho tiempo estaría más que agradecido con Dios por permitirte acompañándome en mis derrotas y superaciones, en mis fracasos y ascensos, en mis viajes o en mis aterrizajes, por tan solo siempre esperarme.


Te quiero y no solo por ser mes de la amistad y de la alcahuetería y mucho menos del amor, sino porque hace mucho quería decirte lo importante y valioso que eres para mí, no tenemos la vida comprada y sacarme una expresión de afecto, amor o cariño es difícil, tal vez las letras impregnadas en una hoja me son más fácil y quiero expresártelas ahora. Estuve lejos y me sentía más cerca de ti y ahora que estoy cerca me siento tan lejos por diferentes razones.


Escribir o dejar correr mis dedos en el teclado para redactar acerca de ti es tan impresionante que no los puedo controlar, nunca pude entender porque somos amigos, siendo muy diferentes y de edades distintas, pero con el mismo ritmo de vivir la vida sin preocupaciones del que dirán. Decirte solo mejor amiga estaría siendo injusto porque nunca lo tuve hasta esa edad en que te conocí, mi vida era muy solitaria y creo que aun lo sigue siendo pero contigo es menos, la vida te acostumbra tanto a una presencia que cuando ya no la tenemos nos duele, pero si al irnos uno de los dos como se fue Walther, creo que seguiríamos viviendo pero de forma incompleta, porque siempre nos va a faltar esa personita que fue importantísima en nuestras vidas, que sin ser familia formamos un lazo no consanguíneo pero si muy enriquecedor, y tal vez cuando te pierda o me pierdas y no estemos en este mundo terrenal, sabríamos que diría nuestro epitafio tallado en la lapida de nuestra tumba: “Gracias por haber vivido, y por conocer la verdadera amistad”.


Habrá muchos secretos entre nosotros, tal vez, pero es parte de la intimidad de cada quien, y lo más lindo es que se respeta y no se ahonda y mucho menos se pregunta cuando no quieres saber la respuesta o no nos gustaría saber mucho más allá de ese secreto. Creo que no hay nadie quien pueda romper la valla para entrar y saber los secretos de las personas, ya que son personales y muy propios por más que sea tu cónyuge o tu familia y mucho menos tu amigo.

Ahora estás sola pero no triste, y es lo que me emocionó al conocerte, de ímpetu sagaz, de espíritu libre y de seguir dando riendas sueltas a toda tu juventud antes que se marche. Con los reniégos de tus padres por cuidarte mucho y tu desobedecer te convierte en un alma libre. No le para a nadie y menos al que dirán. Me contagia mucho las decisiones y los atrevimientos que tuviste como las oportunidades amorosas que se dieron y no tuvieron fruto y hoy por hoy decidiste quedarte sola.


Me regalaste tu confianza, tu cariño y todo tu ser en muchas etapas de la vida, en cierto momento la perdí o creía haberla perdido, pero luego luché por salvar tu amistad y creo que lo logré y me siento muy afortunado por tenerlo ahora mismo y cumplir un año de ese nacimiento, de ese sentimiento llamado amistad.


Sin tu persona el camino me seria muy difícil. Las llamadas interminables que teníamos, las vistas de películas con el hands free puestos sin estar cerca uno del otro, simplemente compartiendo cualquier tontería a distancia era un buen motivo para comunicarnos y despejarnos de todo estrés.


Recuerdo lo penoso de nuestras discrepancias peor que enamorados sin hacer mucho lío, simplemente con estar lacónico o no hablar ya sabíamos lo que sucedía. En otras ocasiones las preocupaciones al recordarlo en un mal sueño era intuición de que algo andaba mal y nos poníamos en contacto en seguida; son innumerables las cosas que en cuales nos conocemos uno del otro. Tal vez tu más a mí que yo a ti…


Finalmente, quiero dejarte una carta por muchos motivos, pero la principal razón es porque existes y estás cerca de mí, como en mi órgano cromático. Habiendo sido hace poco tu cumpleaños y no estuve presente por esta barrera sanitaria que nos mantiene lejos de todos por cuidar a nuestra familia. Quiero decirte en estos renglones lo mucho que te quiero y espero que nunca te vayas de mi vida.


Con el infinito cariño, y amor que te tengo. Para ti.



--Olav Al. --

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