HAY QUE SER BUENOS
- Olav Alcántara
- 10 jul 2024
- 2 Min. de lectura

Una simple expresión que se escribe de lo más común, una oración gramatical con fonética infantil que encierra la inocencia de las palabras para decirnos una sola cosa. Llamados a la dádiva, bondad y lo que trae consigo.
Tal vez sea una visa para el cielo, un pasaporte para el paraíso, donde lo importante e imperante es ofrecer, dar lo que fuere para que otro cambie de parecer. Rostros confusos que con una sola actitud puede cambiar muchas vidas; está en nosotros poder dar un poquito de lo que tenemos y lo que no; pues, cambiemos la letra a la austeridad.
Con cuantas almas nos topamos día con día, en diferentes escenarios. Personas desesperadas por una moneda, una ayuda, un pan, un abrigo en este invierno frígido y mutilante, donde las esperanzas se desaparecen conforme el viento raspa y golpea la cara de quien va caminando en la acera.
La indiferencia de no sensibilizarnos y mucho menos humanizarnos, hace que cada vez nos roboticemos a tal manera que no veamos a quienes pasan por penurias y precariedades.
Es verdad que no somos una ONG, o ayuda humanitaria para todos en esta situación difícil que nos ha tocado vivir a muchos, perdiendo o no su mayor fuente de ingresos como el trabajo, pero también está la posibilidad de surgir con ayuda que no llegan a muchos rincones del país; sin embargo, existe la grandeza de muchas pocas personas que habitan con un gran corazón y humildad para ofrecer lo que tienen y lo que no; contagiando con una sonrisa a los demás, como lo hizo Jesús en la multiplicación de los panes y el pescado. Solo es contagiar y propagar ese corazón que habita en nosotros que muchas veces no podemos sacarlo por temores.
Seamos buenos, es tan sencillo como anteponer en tus pensamientos frases de aliento y de servicio a la comunidad. Dos toques mágicos que hacen que cambien el mundo de hoy en medio de guerras y de indiferencia que asolapa nuestra quietud de no hacer nada por nadie, ni por nuestra familia.
Pensemos, actuemos sin juzgar y solo sirvamos, que es lo único que cuenta en la tierra para que nos puedan dar esa visa para subir al cielo y ese pasaporte para entrar al paraíso.
“Dar cuesta mucho, pero dar no cuesta nada”.
--Olav Al.--
Comments